La tecnología ha irrumpido en la sociedad, ha ocupado cada una de las zonas que estaban libres en nuestra forma de vida y ha modificado nuestra manera de pensar y actuar frente a la gran mayoría de nuestros hechos cotidianos. Podemos acceder a la información necesaria sin importar de que rincón del mundo provenga. Simplemente no existen fronteras, acortamos distancias y conocemos aquellas identidades culturales que creíamos tan alejadas. Logrando de esta nueva experiencia formar parte de una sociedad cibercosmopolita.
Sin embargo, es importante mencionar que durante las últimas décadas nuestras mentes han absorbido una ilimitada cantidad de información a una velocidad en la que en muchos casos, a sobrepasado nuestra propia capacidad de asimilación. Y, aunque nos concede la posibilidad de crecer, extender y desarrollar nuestros conocimientos y creatividad, también nos muestra como todo ello incomoda a ciertos gobernantes, queriendo así controlar hasta el más mínimo intercambio de información dentro de sus fronteras, con el propósito de conservar la identidad cultural de la nación. Es en aquel momento que estos gobernantes, van siendo conocidos como los causantes de la cárcel virtual, permitiendo accesos de comunicación limitados a los usuarios de la red y colocándoles por así decirlo, cibergrilletes.
viernes, 4 de mayo de 2007
El reflejo de grandes ideas
Hoy en día el 80% de ciudadanos peruanos consideran que el emprender un negocio es una pérdida de tiempo, y en vez de intentarlo optan por depender de otras empresas.
Y qué decir de quienes eligen aún lo más fácil, el oficio del ocio. Aunque casi la gran parte de ellos se han dedicado al mal vivir, es importante dar también el mérito respectivo a una minoría, que han hecho buen uso del llamado, "tiempo ocio". Con sus grandes ideas han llegado a ser personajes trascendentales en la historia de la humanidad, pues fueron reconocidos como auténticos artistas o inventores, dejando así bienes que ahora son de gran utilidad.
No cabe duda, el reflejo de grandes ideas se ve en el desarrollo y en la presentación del proyecto convertido ya en un negocio. Una muestra de la calidad de ese reflejo, es el comprobar la satisfacción de una necesidad en un determinado grupo de personas, también el saber que se ha generado nuevos puestos de trabajo y finalmente, el poder uno mismo disfrutar de los conocimientos adquiridos, manteniendose a la vanguardia en este nuevo mundo globalizado entre redes (creando, innovando y cambiando el número de veces que uno lo desee).
Y aunque no todo lo que brilla es oro, si se puede vencer retos como la burocracia en los ministerios para solicitar el apoyo o permiso respectivo y el logro en la adquisión monetaria para la inversión.
Y qué decir de quienes eligen aún lo más fácil, el oficio del ocio. Aunque casi la gran parte de ellos se han dedicado al mal vivir, es importante dar también el mérito respectivo a una minoría, que han hecho buen uso del llamado, "tiempo ocio". Con sus grandes ideas han llegado a ser personajes trascendentales en la historia de la humanidad, pues fueron reconocidos como auténticos artistas o inventores, dejando así bienes que ahora son de gran utilidad.
No cabe duda, el reflejo de grandes ideas se ve en el desarrollo y en la presentación del proyecto convertido ya en un negocio. Una muestra de la calidad de ese reflejo, es el comprobar la satisfacción de una necesidad en un determinado grupo de personas, también el saber que se ha generado nuevos puestos de trabajo y finalmente, el poder uno mismo disfrutar de los conocimientos adquiridos, manteniendose a la vanguardia en este nuevo mundo globalizado entre redes (creando, innovando y cambiando el número de veces que uno lo desee).
Y aunque no todo lo que brilla es oro, si se puede vencer retos como la burocracia en los ministerios para solicitar el apoyo o permiso respectivo y el logro en la adquisión monetaria para la inversión.
En el éxito de los negocios, la lección es clara, se requiere ciertos sacrificios, de la selección de ideas, de objetivos realistas, de buena disposición y de una dosis de optimismo.
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