Y qué decir de quienes eligen aún lo más fácil, el oficio del ocio. Aunque casi la gran parte de ellos se han dedicado al mal vivir, es importante dar también el mérito respectivo a una minoría, que han hecho buen uso del llamado, "tiempo ocio". Con sus grandes ideas han llegado a ser personajes trascendentales en la historia de la humanidad, pues fueron reconocidos como auténticos artistas o inventores, dejando así bienes que ahora son de gran utilidad.
No cabe duda, el reflejo de grandes ideas se ve en el desarrollo y en la presentación del proyecto convertido ya en un negocio. Una muestra de la calidad de ese reflejo, es el comprobar la satisfacción de una necesidad en un determinado grupo de personas, también el saber que se ha generado nuevos puestos de trabajo y finalmente, el poder uno mismo disfrutar de los conocimientos adquiridos, manteniendose a la vanguardia en este nuevo mundo globalizado entre redes (creando, innovando y cambiando el número de veces que uno lo desee).
Y aunque no todo lo que brilla es oro, si se puede vencer retos como la burocracia en los ministerios para solicitar el apoyo o permiso respectivo y el logro en la adquisión monetaria para la inversión.
En el éxito de los negocios, la lección es clara, se requiere ciertos sacrificios, de la selección de ideas, de objetivos realistas, de buena disposición y de una dosis de optimismo.
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